El compromiso personal de un médico estético es para mejorar lo que ya eres, no para transformarte en otra persona, así como su actitud tanto en su trabajo quirúrgico como en los tratamientos de relleno, producen resultados sorprendentes.
Restaurar el volumen en áreas donde se ha perdido tejido blando o en líneas y arrugas más profundas con rellenos faciales inyectables.
Los rellenos faciales dérmicos y las inyecciones para aumentar el volumen se utilizan ampliamente en la medicina estética para rellenar las arrugas estáticas y compensar la pérdida de volumen con el paso del tiempo.
Están compuestos de ácido hialurónico, un carbohidrato (derivado del azúcar) que se encuentra naturalmente en todo el cuerpo humano. A medida que envejecemos y debido a la exposición repetida a los contaminantes ambientales y a los rayos UV del sol, nuestras células de la piel pierden su capacidad de producir ácido hialurónico.
Como resultado, los rasgos faciales se vuelven ásperos y hundidos. Es entonces cuando las inyecciones de ácido hialurónico sintetizado para aumentar el volumen resultan útiles.
Inyectado bajo la piel, el ácido hialurónico se une al agua, capaz de retener más de mil veces su peso, lo que lo hace ideal para hidratar la piel y mantener el volumen de los tejidos.
Es un tratamiento no quirúrgico seguro, a menudo utilizado en combinación con la toxina botulínica, para lograr el efecto rejuvenecedor más natural.
¿Qué zonas se pueden tratar?
Las inyecciones de relleno dérmico se pueden utilizar para corregir y mejorar varios aspectos de la cara. Las zonas más comúnmente tratadas son el aumento de labios, los pliegues nasolabiales, las líneas de marioneta y los pómulos.
Otras áreas incluyen el área debajo de los ojos, las mejillas e incluso las sienes que a menudo se ven afectadas por la pérdida de volumen. Los rellenos dérmicos también se utilizan para remodelar la parte inferior de la cara con el fin de minimizar la apariencia de la «papada» caída.
Además, los rellenos dérmicos inyectables pueden utilizarse para lograr un efecto de estiramiento facial sin las consecuencias de un procedimiento quirúrgico.
El médico estético ha desarrollado una experiencia específica en esta técnica utilizando la aplicación precisa de rellenos dérmicos para restaurar el volumen perdido y mejorar el contorno facial en general. La particular elección de los puntos de inyección focales estratégicos crea un aspecto renovado y rejuvenecido.